11 dic 2013

Contacto/Retirada

Podemos interpretar nuestra respiración como el ejemplo más común de esta polaridad, cuando inspiramos hacemos contacto con el oxígeno que nos nutre, al expirar una vez satisfechos nos retiramos de él, para al instante volver a hacer contacto. Si nuestro ritmo de respiración está descompuesto ocurrirá que al tomar aire retendremos a pulmón lleno como no queriendo soltar, dificultándonos la retirada,  o bien en el otro extremo al expirar, retendremos a pulmón vacío, como no queriendo tomar, dificultándonos el contacto. 

Observando la naturaleza nos damos cuenta de que todo lo vivo mantiene un ritmo que se expresa en estas dos polaridades, una flor se abre lentamente buscando los primeros rayos del sol y se cierra cuando atardece. Del mismo modo los seres humanos transitamos de un  estado de vigilia a otro de descanso, de alimentarnos a estar saciados, de necesitar comunicarnos con otro a la búsqueda de recogimiento. Cuando nuestro ritmo de contacto/retirada está distorsionado, nos obligamos hacer contacto con personas u obligaciones, desde una voz interior que nos lo exige, o bien permanecemos retirados, ensimismados sin capacidad de abrirnos al otro, porque nos es difícil sostener el contacto.

A través de la escucha de nuestras sensaciones internas será posible restaurar el ritmo natural del organismo, detenerme y ver si necesito parar, decir basta y alejarme de la situación, emprender la acción de buscar a alguien o algo con lo que contactar para satisfacer mi necesidad.

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