21 nov 2013

Volver al cuerpo


La vuelta al cuerpo es la vuelta a casa, alejarnos del cuerpo es alejarnos de nuestro hogar y estar predispuestos a perdernos. El cuerpo es el lugar en el que todo ocurre es la caja de resonancia donde se manifiestan sensaciones corporales como picores, sudor, el contacto del aire en nuestra piel, la sensación del agua recorriéndola, el cuerpo es el lugar donde pasan las cosas, el escenario donde ocurren todos los acontecimientos. Nuestro principal sensor para guiarnos en dirección de lo que nos gusta o desviarnos de lo que nos desagrada. La frontera de contacto mas evidente con los otros, cuando buscamos tocar, ser tocados, o dejar de serlo. Volver al cuerpo es tener acceso a una información ilimitada que nos ayuda a orientarnos en el entorno. Nada ocurre si no es el cuerpo, todas nuestras vicisitudes lo son porque tenemos un cuerpo en el cual podemos ubicarlas. Entramos en una habitación en la que nunca antes estuvimos y si ponemos conciencia podemos darnos cuenta de cómo habla nuestro cuerpo de cómo nos sentimos allí dentro. Nos acercamos por primera vez a un desconocido y podemos percibir como de manera sutil nuestra estructura corporal cambia en ese contacto abriendo o cerrándose ante él. 
El cuerpo es el lugar donde podemos localizar nuestras emociones. Nuestra respiración unida al diafragma nos informa de una manera directa de nuestro estado emocional, agitada, cortada, serena, tan alegre que vibra en carcajadas o tan dolorosa que sirve de impulso al llanto. 

Fuente de placer o displacer el cuerpo es una vivienda a la que desnutrimos y maltratamos o a la que alimentamos y cuidamos con actividades en las que nos dedicamos a él como el movimiento expresivo, el yoga, o el masaje. Emplear quince minutos estirándonos a media mañana es un acto que nos revigoriza soltándonos en el placer de expandir nuestros músculos y que nos permite reorganizar nuestra mente y cargarnos de energía.  

Ocuparnos de algo que estará con nosotros durante toda la vida, o no hacerlo e ignorar sus necesidades es el equivalente a atendernos o descuidarnos. Tratar como un extraño a nuestro cuerpo es volvernos extraños de nosotros mismos, vivir como un exiliado en mi propio pais, pues al fin nuestra primera y última patria es nuestro cuerpo.

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