24 dic 2013

poesía y centramiento


 
Es útil disponer de una herramienta que nos sirva de anclaje a un centro en momentos de tempestad. Cuando rondan el miedo, la duda o la ansiedad un poema puede devolvernos a nuestro eje.  

Nos ayudará llevar la atención a nuestra respiración mientras leemos, hacerlo despacio y con la intención de dejarnos vivir completamente cada palabra, cada imagen o cada emoción que nos provoque. Así es como transformamos el acto de leer en una meditación. Ahí va el “if” de Kipling.

 
SI...

Si conserváis la calma mientras todos
la cabeza perdieron y os censuran;
sin en vosotros creéis, sin ofenderos
de que os pongan los otros bajo duda.


Si al mendaz toleráis sin ser mendaces;
si esperáis sin fatiga ni cansancio;
si no pagáis el odio con el odio,
sin por ello tomar aires magnánimos.


Si pensáis y soñáis sin rendiros a los sueños
ni convertir el pensamiento en meta;
si sabéis afrontar el fracaso y el triunfo
tratando e igual forma a esos dos impostores..


Si soportáis que la verdad que hablasteis
la truequen en embuste gentes necias;
si las cosas que hicisteis veis caídas
y las habéis de alzar sin herramientas.


Si cuanto con trabajo conseguisteis

a un solo golpe lo arriesgáis de suerte
y sabéis, perdiendo vuestra vida,
hacer que en el principio recomience.


Si vuestro corazón y vuestras fibras
servir hacéis, aun cuando estén deshechos
y si sabéis luchar, faltando todo
salvo la voluntad, que dice: Quiero.


Si frecuentando al vulgo os guardáis sabios
y si sensatos al tratar a reyes;
si a todos apreciáis y poco a todos
y nadie, amigo o no, dañaros puede.


Si a sesenta segundos de distancia
el minuto alejáis de odio y reproche,
vuestra es la tierra con cuanto contiene
y, lo que es más, oh, hijos, seréis hombres.

 

                                   Rudyard Kipling

No hay comentarios:

Publicar un comentario